Salvar el planeta que nosotros mismos hemos intentando destruir por siglos, tiene como imperativo  salvar primero a nuestros niños.  

Flores y leche materna son cultivo de lo propio, de la tierra y de la naturaleza humana, y marcan un camino de esperanza para estas y las nuevas generaciones.  

Para el desarrollo del cerebro en la primera infancia la opción que debemos garantizar siempre es la primera: alimentar, cuidar, proteger.  

En los primeros mil días de vida se realizan el 75% de las conexiones neuronales, por eso es importante que el bebé cuente con leche materna exclusiva durante los primeros seis meses y complementaria hasta los dos años. Esta primera etapa de vida es en la que el cerebro se desarrolla de manera más acelerada.  

 

La leche materna es versátil. De acuerdo con la edad del niño, ofrece la cantidad y la composición exactas para suplir los requerimientos nutricionales.

  ¿Qué es una Sala de Lactancia?   Las Salas de Lactancia son espacios cómodos, higiénicos e íntimos en el que las mujeres lactantes pueden amamantar a su bebé o extraer y almacenar su leche materna.  

Como trabajador del área de la salud tienes una gran responsabilidad. Cuando promueves, proteges y apoyas la lactancia materna, estás garantizando que un niño cuente con los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para crecer sanos y fuertes. 

Un niño indígena menor de dos años recibe el mingao como un dulce. Es refresco a base de yuca al que se añade por ejemplo una jugosa piña para convertirse en la bebida ideal que marca el inicio del día, la que se ofrece a las visitas o se espera en las comidas. 

Por diferentes circunstancias, no todos los bebés que nacen en el mundo reciben leche materna en sus primeros meses de vida y para ellos existe una solución: Bancos de Leche Humana. 

En la primera infancia lo esencial lo necesitan todos y si lo reciben, sería equitativa la forma de asumir individualmente su progreso, en igualdad de condiciones. 

Con apoyo tú puedes darle todo a tu bebé. Mamá, los agentes de salud, grupos comunitarios y redes de apoyo están a tu disposición para hacer de la lactancia materna, un vínculo que va más allá del momento de la alimentación para convertirse en un acto de amor.  

Cuando un bebé recibe desde el inicio de su vida la leche materna, es como si su organismo recibiera un manto de protección inquebrantable.

 

Es tiempo de impedir que nuestros niños sigan en la banca del partido de la vida, con un rezago que no los va a dejar ser titulares de sus sueños.   

Desde el primer momento gestación tu cuerpo se está preparando para el recibimiento de tu bebé. ¡Estás más preparada que nunca! Tienes amor, te acompaña la esperanza y vas a tener tanta leche como tu bebé necesite. Cada que él tome, tú vas a poder darle más. Aprovecha esta mezcla de magia, sabiduría y poder natural que te ha convertido en fuente de vida, de amor y de alimento.  

Es tiempo para que la sociedad, la familia y el Estado cumplamos, de forma conjunta, el mandato constitucional de proteger nuestra niñez.   

Es hora de decirles a nuestros niños que sí, que el Gobierno y las entidades del Estado están con ellos.

El crecimiento sano de los niños de Colombia nos invita a sumar obras que son amores.  

La desnutrición crónica es un mal silencioso. Los niños que la padecen “sólo” muestran una talla más baja de lo que corresponde según su edad y por lo general no se ven delgados; viven una procesión invisible de la que ni siquiera son conscientes, dado que la falta de nutrientes ocasiona un desastre paulatino que limita el crecimiento del cerebro aminorando el desarrollo cognitivo y emocional.

Un litro de leche humana,  para alimentar a más de 10 bebés prematuros  en UCI Un litro de leche humana puede alimentar a más de 10 bebés prematuros hospitalizados en cuidados intensivos; alimento puede salvarles la vida.

Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de Gioró se transformó ante los registros oficiales de Colombia en el municipio de Lloró, mucho tiempo después de la llegada de los primeros españoles. Desde entonces, lleva un nombre corto y tristemente metafórico que esconde una larga lista de necesidades básicas sin resolver. 

El banano es cocido como uno de los alimentos recurrentes en la alimentación de indígenas y afrodescendientes que habitan en el municipio chocoano de Lloró.

No hace falta recurrir al cine para tener una imagen anticipada sobre cómo estarán los niños de Colombia que hoy sufren hambre: crecen rezagados, no reciben cuidado ni protección, no pueden estudiar o divertirse.

Los ideales de actuar con responsabilidad ante las necesidades de nuestra primera infancia pueden convertirse en realidad cuando las buenas intenciones se acompañan de acciones, y esas acciones se registran, socializan y analizan para que en el futuro ese esfuerzo se evidencie en ciudadanos que disfrutan una vida mejor, pues con su progreso impulsan el de sus comunidades.

Los resultados publicados de la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (Ensin 2015), muestran avances, pero también tareas que aún no se han asumido con la urgencia que revisten. Resaltamos como positiva la mejoría en la prevalencia de desnutrición crónica en niños de 0 a 4 años, que bajó 2,4 puntos porcentuales con respecto a la medición del 2010, al pasar de 13,2 a 10,8 por ciento.

Decimos con orgullo, muy a menudo, que Colombia es un país de regiones. Expresión útil para referir la riqueza natural y cultural que es diversa y colorida en nuestra nación.

 La Elca señala que el 64 por ciento de los niños que en el 2010 se encontraban en situación de riesgo o de rezago, siguen en esa misma situación en el 2016. 

 No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños. 

 Los bajos niveles de lactancia materna en el mundo representan una pérdida anual de más de US$300.000 millones, equivalente al PIB mundial del 2012.