Mamatices - Vínculo y Lactancia
La leche materna transforma vidas por el vínculo afectivo entre madre e hijo.
Danna y Tania, nacidas el 26 de mayo de 2016 en Piedecuesta, Santander, demuestran por qué la lactancia es el acto de amor que más alimenta.
Leidy Juliana Poveda, vive en la vereda La Esperanza de la Mesa de los Santos del municipio de Piedecuesta, Santander y el 26 de mayo de 2016 fue madre por tercera vez con felicidad doble: en esta ocasión llegaron dos vidas al tiempo, sus hijas, Danna Sofía y Tania Isabella. Ellas nacieron a las 28 semanas de gestación con bajo peso y baja talla e inmediatamente fueron internadas en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP). Dada la situación de salud, ambas ingresaron al programa “Madre Canguro” del Hospital Universitario de Santander, donde Leidy recibió acompañamiento médico, psicológico y nutricional para el cuidado de sus hijas. El amor y la lactancia materna transformaron una situación crítica de dos menores, en un horizonte esperanzador. Hoy, las bebés tienen cerca de 16 meses y están en casa con sus padres y hermanos. Asisten periódicamente a controles de salud y vigilancia nutricional. Aún reciben leche materna y su madre complementa la alimentación según lo que le han enseñado las profesionales de la salud de la alcaldía. Para las mamás no existen barreras en el cuidado de sus hijos. En el caso de Leidy, Danna y Tania quedó claro que el amor y la leche materna salvan vidas y nutren cuerpo y alma. Gracias a esta práctica sus hijas hoy pueden crecer a su lado.
“Yo me llené de fortaleza y paciencia. Todos los días iba a abrazarlas porque la conexión entre nosotras fue muy importante para la recuperación. Cuando no me dejaban lactar, me extraía para que luego pudieran alimentarse. La leche materna ayudó mucho y por eso hoy están más saludables”, Leidy Juliana Poveda, mamá beneficiaria de la Fundación Éxito y la Alcaldía de Piedecuesta.